Estas familias cosechan flores para las almas que vuelven en Día de Muertos
En los campos de Atlixco, San Fúlix Hidalgo, San Pedro Cholula y San Gregorio Zacapechpan en el estado de Puebla en México, brillan como el sol flores de color dorado quienes se acompañan de una flor elegante de color morado.
Estas flores son el "Cempohualxochitl" o "Cempoalxóchitl", que en Náhuatl significa "veinte flores" porque pareciera que dentro de la flor hay muchas más; y el "terciopelo", una flor que también se cultiva en África y Asia.
Para que las flores adornen casas mexicanas existen miles de campesinos en el país que trabajan sembrando. A finales de Octubre comienzan a cosechar tal como es el caso de Sara y Miriam Ramirez, quienes también se acompañan para venir a cosechar en la parcela de su hermana Rosalba. Sara es una mujer jóven de 30 años, madre soltera, quien tiene dos hijos: Pablo y Jesus, quienes la acompañan al campo para trabajar por $0.61 dólares cada rollo de flores que va cosechando. Ellas dos se ayudan para trabajar en jornadas de 6 horas, tres o cuatro días al año.
En esta tierra cosechar también es tradición, ya que igual que Sara y Miriam, la familia Marín de San Fúlix Hidalgo, se reúnen para cosechar al amanecer.
Virginia Marin Solis, una mujer de 68 años, cuenta que desde que fue niña su madre le enseñó como sembrar, y esparcir las semillas en el campo, esperar la lluvia, y dos meses después: cosechar.
Hoy Virginia comparte esta tradición única en el año con las parejas de sus hijos, Maria Fernanda Hérnandez, Miriam García Reyes y Maria Azucena Violante, quienes también llevan al campo a sus hijos Abril, Alonso y Roxana quienes deshojan el Cempasúchil, corren entre el terciopelo y juegan por el campo mientras sus madres trabajan.
Este trabajo de cosechar flores es primordial en esta época del año para que estas mujeres puedan sustentar el alimento de sus hijos cada año, y de la misma manera, su trabajo es importante para que estas flores lleguen a la ofrenda un altar que donde se ofrece comida y bebida de las personas en la familia que han muerto.
Nuestros ancestros en México creían que el cempasúchil tenía el poder de resguardar los rayos del sol, los cuales, servían para guiar el camino de los muertos que regresan del Mictlán (el inframundo, donde están los muertos) cada uno y dos de Noviembre para celebrar con los vivos: el Día de Muertos.
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